Cielos! Como pasa el tiempo! Llevo más de un mes sin escribir, que vergüenza…en mayo no lo hice porque estaba muy ocupada “cerrando temas”, muy ocupada y muy cansada, lo iba dejando pensando en junio cuando estuviera de baja. Ahora es junio y estoy de baja, pero tengo tanto dolor de espalda que lo que menos me apetece es ponerme delante del ordenador, además, baby no se decide a salir con lo que mi tiempo se divide entre dar paseos para ver si sale de una vez y recuperarme de los paseos, porque estoy francamente tremenda y mi movilidad es limitada. Pero bueno, es pasajero, baby no se puede quedar ahí dentro eternamente (aunque parece que tiene ganas el chiquitín!)
Pero hoy un libro me ha hecho salir de mi letargo blogero. Este en concreto que me han recomendado.
A Perfectly Kept House Is the Sign of a Misspent Life: Creative Ideas and Real-life Tips for Making Your Home Lived-in, Warm, Welcoming and One-of-A-Kind ...
Algo así como una guía para hacer de tu hogar un lugar cálido, acogedor y vivido… Reconozco que el título me encanta, y tengo en mente un par de personas a las que les vendría de perlas leerlo. Seguro que vosotros también conocéis gente así, obsesionadas por tener la casa “perfecta”, con cada cosa en su sitio y que dan la sensación de que están deseando que te vayas para poder volver a colocar en su sitio ese cojín que has tenido que mover para poderte sentar (ya que el sofá en cuestión tiene como 8 cojines decorativos, perfectamente coordinados que no dejan espacio libre para sentarse). Es cierto que esas casas suelen ser divinas, pero a mi no me resultan acogedoras (aunque envidio su capacidad para mantener el orden, sobre todo si en esa casa hay niños...)
En fin… Creo que esto viene porque ahora estoy pasando mucho tiempo en mi casa. Llevamos viviendo aquí casi tres años y reconozco que todavía nos quedan muchas cosas por hacer, muebles por comprar… Mis libros y papeles podrían estar más ordenados y quizás debería ser más estricta con los niños sobre dónde dejan sus juguetes (sobre todo la Barbie Malibú de mi hija la Princesa, que de un tiempo a esta parte aparece en bolillas en los sitios más insospechados). Pero cuando entro por la puerta, siento que es un hogar, hecho con mucho cariño. Libros, plantas, cuadros, muebles… algunos me gustan más que otros, pero cada objeto tiene su historia y cuentan una historia, la de nuestra familia en el hogar que estamos formando. Un hogar para vivir y disfrutar.
Besos y Feliz Jueves!