Uno de mis sueños “imposibles” es el de montar un hotel rural con encanto o una casa rural en un pueblo pequeñito, pequeñito, preferiblemente en el Norte. Es algo que me planteo todos los años al final del verano, cuando abandono la vida sencilla y tranquila de mi pueblo Riojano y me incorporo al ruido y al ajetreo de la capital del reino (y eso que yo vivo en un pueblo a las afueras de Madrid, dónde la vida es un poco más sencilla). Últimamente también me pasa cuando veo Doctor Mateo los Domingos por la noche, pero yo creo que es porque el pueblo en el que se desarrolla me parece precioso.
Esta Semana Santa me ha ocurrido algo parecido. He tenido unas vacaciones muy tranquilitas en un pueblo del Sur, pero esta vez no vengo con ganas de montar ningún hotel rural, no, esta vez mi cabecita soñadora ha vuelto con otro sueño imposible, montar una tienda de complementos (hechos de manera artesanal por mi, obviamente) en Vejer de la Frontera, Cádiz. Conozco el pueblo desde hace muchos años, pero cada vez que lo visito encuentro nuevos rincones que me enamoran y en este viaje, localicé una tienda divina (sólo esa palabra describe lo preciosa que era la tienda) de ropa y de complementos cuyo nombre no os puedo dar porque no lo recuerdo! Eso si, del interior de la tienda me acuerdo de todo, a la derecha túnicas, pañuelos y faldas muy coloristas, al fondo sandalias de tiras y en medio todo tipo de collares y pendientes muy originales. El suelo estaba cubierto por alfombras moras a cual más bonita y de fondo se escuchaba una suave música árabe que le iba al local ni que pintado. Espectacular.
Hoy es lunes, hace frío, el cielo tiene un interesante color celeste-gris y el trabajo me sale por las orejas. Desconecto un momentito de mi vida real y pienso, en el sol, en Vejer, en la tiendecita, me visualizo en la tiendecita, umm…que apetecible. Sonrío, y me pongo a trabajar otra vez.
Esta Semana Santa me ha ocurrido algo parecido. He tenido unas vacaciones muy tranquilitas en un pueblo del Sur, pero esta vez no vengo con ganas de montar ningún hotel rural, no, esta vez mi cabecita soñadora ha vuelto con otro sueño imposible, montar una tienda de complementos (hechos de manera artesanal por mi, obviamente) en Vejer de la Frontera, Cádiz. Conozco el pueblo desde hace muchos años, pero cada vez que lo visito encuentro nuevos rincones que me enamoran y en este viaje, localicé una tienda divina (sólo esa palabra describe lo preciosa que era la tienda) de ropa y de complementos cuyo nombre no os puedo dar porque no lo recuerdo! Eso si, del interior de la tienda me acuerdo de todo, a la derecha túnicas, pañuelos y faldas muy coloristas, al fondo sandalias de tiras y en medio todo tipo de collares y pendientes muy originales. El suelo estaba cubierto por alfombras moras a cual más bonita y de fondo se escuchaba una suave música árabe que le iba al local ni que pintado. Espectacular.
Hoy es lunes, hace frío, el cielo tiene un interesante color celeste-gris y el trabajo me sale por las orejas. Desconecto un momentito de mi vida real y pienso, en el sol, en Vejer, en la tiendecita, me visualizo en la tiendecita, umm…que apetecible. Sonrío, y me pongo a trabajar otra vez.
4 comentarios:
Realmente los lunes te ponen melancólica, hey? Ánimo que ya no queda ná para el fin de semana. Y a ver si me llevas a esta tienda DIVINA la próxima vez que vayas.....xoxoxox
OoOoOoO tienda divina, no hay muchas asi! La idea de un hotel rural es buenisima, piensa en navidad, nos podriamos reunir todos bajo el mismo techo. Besitos xxx
´Pienso en un hotel rural o en una casa rural directamente (con un pequeño expositor para vender pendientes
Yo tanbien sueño con tener un hotel rural.
Los sueños a veces se cumplen........
Gracias por tu comentario
Publicar un comentario