Después del episodio del metro del otro día he decidido que ya no puedo vivir con mi barriguita y que ésta, debe desaparecer! (o por lo menos, reducirse). Así que, dado que soy incapaz de dejar de comer y no tengo ninguna gana de renunciar al chocolate y a los heladitos veraniegos he decidido hacer deporte. Natación para ser más exactos, ya que siempre me ha gustado mucho, de hecho, de pequeña yo soñaba con ser como Esther Williams y en la piscina me pasaba las horas inventándome coreografías al estilo de sus pelis. De ahí la foto de la cabecera del post de hoy. Puro glamour sub-acuático.
Total, saco del olvido mi mochila piscinera, mis gafitas, mi bañador de competición espantoso-de-la-muerte-y-nulo-favorecededor-de-patita pero oh, tan cómodo y práctico que todo lo anterior más las caras de alucine de los socorristas las primeras veces que me ven me dan igual, al final siempre se acostumbran a el y cuando no voy a nadar hasta me echan de menos. En realidad se parece mucho al bañador que lleva Esther Williams en el poster, pero a mi no me queda igual de glamuroso. También me compro un gorrito de baño (esto resulta complicado, tengo cabezón), tras mucho buscar por fin encuentro uno que me cabe aunque tengo mis dudas sobre si se va a mantener quieto en la cabeza ya que me da la sensación de que va a salir volando en cualquier momento en plan globo desinflándose. Y (literalmente) me lanzo a la piscina.
Ya llevo tres días nadando y de momento tengo que confesar que no he notado ninguno de los efectos positivos que las revistas nos dicen que van asociadas al deporte como es el aumento de “endorfinas” (vamos, no me siento más feliz), ni una mejora en mi auto-estima (que tampoco estaba tan mal), ni me siento más ágil, ni purificada ni ligera. Si que siento todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo (en verdad, estoy en baja forma), siento que tengo más hambre (ahora mismo me comería una vaca), y lo que si he notado es que duermo mejor. En fin, que seguiré nadando y ya os mantendré informados de mis avances. Feliz lunes!!
Total, saco del olvido mi mochila piscinera, mis gafitas, mi bañador de competición espantoso-de-la-muerte-y-nulo-favorecededor-de-patita pero oh, tan cómodo y práctico que todo lo anterior más las caras de alucine de los socorristas las primeras veces que me ven me dan igual, al final siempre se acostumbran a el y cuando no voy a nadar hasta me echan de menos. En realidad se parece mucho al bañador que lleva Esther Williams en el poster, pero a mi no me queda igual de glamuroso. También me compro un gorrito de baño (esto resulta complicado, tengo cabezón), tras mucho buscar por fin encuentro uno que me cabe aunque tengo mis dudas sobre si se va a mantener quieto en la cabeza ya que me da la sensación de que va a salir volando en cualquier momento en plan globo desinflándose. Y (literalmente) me lanzo a la piscina.
Ya llevo tres días nadando y de momento tengo que confesar que no he notado ninguno de los efectos positivos que las revistas nos dicen que van asociadas al deporte como es el aumento de “endorfinas” (vamos, no me siento más feliz), ni una mejora en mi auto-estima (que tampoco estaba tan mal), ni me siento más ágil, ni purificada ni ligera. Si que siento todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo (en verdad, estoy en baja forma), siento que tengo más hambre (ahora mismo me comería una vaca), y lo que si he notado es que duermo mejor. En fin, que seguiré nadando y ya os mantendré informados de mis avances. Feliz lunes!!
3 comentarios:
Mucho animo hermana! Me temo que tienen que pasar al menos un par de mesecitos para que tu cuerpo empiece a quemar grasas, es de lo mas desagradecido! Lo bueno que despues de hacer cardio, si te comes un bol de pasta (u otros hidratos de carbono) tu cuerpo lo quema en un plis. Kissitos xxx
um...pasta! si!
No, no, no, la pasta es el demonio...........evil evil stuff. Reyes, repite conmigo: pasta no, pasta no....
Cuando te vea no te voy a reconocer, toda estilizada.....;)
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