Hace algunos años, cuando los arqueólogos comenzaron a excavar en zonas en las que durante la Dinastía Ming (1368-1644) habían existido fábricas de cerámica, se encontraron con miles y miles de trocitos de porcelana decorados con los vibrantes y bonitos motivos de la cerámica Ming.
Me imagino que alguna persona decidió que esos trocitos de porcelana eran demasiados bonitos para tenerlos guardados en cajas, así que un día una persona anónima con visión estética, decidió llevar uno de estos trocitos a que se lo engarzara un joyero. Seguramente, a sus amigas les llamaría la atención ese collar tan especial y nuestra primera persona anónima, vio negocio y decidió llevar más trocitos de cerámica para engarzar y vender. Un buen día, otra persona vio los colgantes, recordó que en su casa tenía una caja llena de trocitos de porcelana y, como estamos en China, decidió copiar la idea de hacer colgantes con ellos (esta historia es inventada, pero creo que la cosa pudo ir así en su momento, no?).
Los colgantes que utilizo yo han venido directamente de China y el vendedor me juró y perjuró que son antiquísimos y de auténtica cerámica Ming China. Yo tengo mis dudas, sobre todo desde que leí hace poco un artículo súper interesante sobre como ya, en el siglo XIX los Chinos ya se habían especializado en realizar falsificaciones de cerámica que con mucha habilidad colocaban a los Europeos despistados que aterrizaban por allí.
No se si tienen 300 años, 100 o 10, lo que si se, es que son realmente preciosos, tienen un delicioso toque exótico y quedan bien con todo. Yo el mío lo llevo tanto en verano como en invierno, para ir más arreglada o más de trapillo y siempre llama la atención, cosa que he de confesar, me encanta ;-)
Estos han sido un encargo y desde ya los podéis encontrar en Le Monvintage, mi punto de venta en Madrid (Calle Dos de Mayo, 10).
Feliz Lunes!