Hoy me he dedicado la mañana a mi misma. No pretendía cogérmela toda, lo que pasa es que esto de acicalarse en plan fashion lleva más tiempo que el hacerlo en plan vida normal.
Yo siempre voy a la misma peluquería, es una que hay en el pueblo en que el vivo. Las peluqueras son encantadoras, rápidas y siempre me dejan mona, además como complemento tienen un amplio surtido de revistas y un rincón muy bien surtido para que jueguen los niños mientras te peinan.
La cosa es que llevo tiempo queriéndome hacer un cambio de look en el peinado y una amiga mía me dijo que para lograr un cambio verdadero hay que cambiar de peluquería y me recomendó las de AVEDA. Dicho y hecho, busqué en internet, encontré una por el centro, llamé y concerté cita, y esta mañana ha sido el gran día.
Y en verdad que me he sentido como una reina. He llegado y me han ofrecido una infusión (o sumo o café), de ahí a la zona de masaje dónde durante un cuarto de hora más o menos me han masajeado la cabecita y los hombros. Con un aceite aromático. Ummm… el peluquero me decía que me relajara, relajarme? Pero si casi me quedo dormida!
De ahí a la sala de lavado y de ahí a la sala de corte (por cierto, no lo he dicho pero el salón está decorado en plan Zen súper chulo), primero me ha cortado en mojado, luego me lo ha secado y planchado para rematar el corte en seco, y luego me ha sacado las puntas que es como me gusta ir peinada. Mientras me cortaban me he enganchado a la peli que estaban poniendo en la mini-pantalla de TV que estaba delante de mi sillón, con subtitulos, mola mogollón! Lo malo es que me he perdido el fin de la peli (V de Vendetta, me la puede prestar alguien por favor? Me ha gustado mucho más de lo que esperaba).
Me han dejado monísima (de hecho, al salir del salón un viejecito que pasaba por allí me ha dicho “guapa!”) y por supuesto, he picado y me he comprado un acondicionador que me han recomendado para quitar el frizz de mi pelo ( mi pelo según el estilista es frizzado, según yo, tieso e histérico).
En fin, que he salido del salón y a los cinco minutos ya estaba en la Gran Vía Madrileña, cuna del consumismo, y no sólo eso, cuna del consumismo EN REBAJAS. En menos de 10 minutos me he comprado dos vestiditos comodísimos para este verano. Uno de ellos tiene un estampado a cuadros como de mantel, ese me lo tengo que probar en casa con más detenimiento, es que igual se parece demasiado a un mantel.
Y para rematar mi día de pretty woman camino de casa me he premiado con un rollo de canela del Dunkin Donuts, mi favorito! Aprovecho para denunciar públicamente que han reducido su tamaño, ahora el bollo es más pequeño. Señor Dunkin! Hay que ser cutre!
Yo siempre voy a la misma peluquería, es una que hay en el pueblo en que el vivo. Las peluqueras son encantadoras, rápidas y siempre me dejan mona, además como complemento tienen un amplio surtido de revistas y un rincón muy bien surtido para que jueguen los niños mientras te peinan.
La cosa es que llevo tiempo queriéndome hacer un cambio de look en el peinado y una amiga mía me dijo que para lograr un cambio verdadero hay que cambiar de peluquería y me recomendó las de AVEDA. Dicho y hecho, busqué en internet, encontré una por el centro, llamé y concerté cita, y esta mañana ha sido el gran día.
Y en verdad que me he sentido como una reina. He llegado y me han ofrecido una infusión (o sumo o café), de ahí a la zona de masaje dónde durante un cuarto de hora más o menos me han masajeado la cabecita y los hombros. Con un aceite aromático. Ummm… el peluquero me decía que me relajara, relajarme? Pero si casi me quedo dormida!
De ahí a la sala de lavado y de ahí a la sala de corte (por cierto, no lo he dicho pero el salón está decorado en plan Zen súper chulo), primero me ha cortado en mojado, luego me lo ha secado y planchado para rematar el corte en seco, y luego me ha sacado las puntas que es como me gusta ir peinada. Mientras me cortaban me he enganchado a la peli que estaban poniendo en la mini-pantalla de TV que estaba delante de mi sillón, con subtitulos, mola mogollón! Lo malo es que me he perdido el fin de la peli (V de Vendetta, me la puede prestar alguien por favor? Me ha gustado mucho más de lo que esperaba).
Me han dejado monísima (de hecho, al salir del salón un viejecito que pasaba por allí me ha dicho “guapa!”) y por supuesto, he picado y me he comprado un acondicionador que me han recomendado para quitar el frizz de mi pelo ( mi pelo según el estilista es frizzado, según yo, tieso e histérico).
En fin, que he salido del salón y a los cinco minutos ya estaba en la Gran Vía Madrileña, cuna del consumismo, y no sólo eso, cuna del consumismo EN REBAJAS. En menos de 10 minutos me he comprado dos vestiditos comodísimos para este verano. Uno de ellos tiene un estampado a cuadros como de mantel, ese me lo tengo que probar en casa con más detenimiento, es que igual se parece demasiado a un mantel.
Y para rematar mi día de pretty woman camino de casa me he premiado con un rollo de canela del Dunkin Donuts, mi favorito! Aprovecho para denunciar públicamente que han reducido su tamaño, ahora el bollo es más pequeño. Señor Dunkin! Hay que ser cutre!
2 comentarios:
Definitivamente se parece demasiado a un mantel
Reyes,tendrías que colgar una foto con el supuesto "mantel", seguro que te queda monísimo, por más tipo que digas que tienes de guitarra española, a lo que yo digo, OOOOOLE LA GUITARRA ESPAÑOLA Y LAS CURVITAS, jajajaja. Besazos gordos guapa
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